¿ESTAREMOS CONDENADOS A VIVIR CON INFLACIÓN?
Aumento general de precios
En una economía de mercado los precios de los bienes y de los servicios están sujetos a cambios. Se espera que esos cambios sean razonables. Algunos aumentan y otros disminuyen. Existe inflación cuando se produce un aumento general de los precios, no solo de artículos individuales, que da como resultado que por cada peso puedan adquirirse hoy menos bienes y servicios que ayer. Es decir, la inflación reduce el valor de la moneda con el tiempo.
Algunas variaciones de precios son más importantes que otras. En el cálculo del aumento de precios, en unos se gasta menos –el azúcar y legumbres envasadas- en otros más, por ejemplo la –electricidad-.
Si estimamos el consumo de cada persona o familia veremos que no todos tienen los mismos hábitos de consumo. Hay familias que tienen automóvil y comen carne o pescado, otras que viajan en colectivo o tren y son vegetarianas. El cálculo medio de esas familias determina el valor de los bienes y servicios en el cálculo de la inflación. Por ejemplo:
– aquellos artículos de consumo habitual como alimentos, combustible o boletos de viaje.
– bienes de consumo duradero co-mo ropa, compu-tadoras o lavarro-pas.
– servicios como alquiler de viviendas, gas, seguros o peluquería.
En el carrito de la compra en el cálculo de consumo de las familias en el año, vemos que varían a través del tiempo. El cálculo se hace comparando el precio del carrito en un mes determinado, con el mismo mes del año anterior.
Como puede observarse calcular la inflación no es sencillo y quizás tampoco infalible. Y en nuestro país se hace doblemente complejo por la continua variación de los precios.
Van muchos años que la inflación de nuestro país es un verdadero problema. Por lo general el continuo aumento de los precios hace que la inflación anual sea elevada, sin que se logre frenarla al menos en valores razonables. Pareciera que estamos condenados a vivir con inflación, ya sea con uno u otro gobierno, es un mal que vino para quedarse y pareciera que al menos en Argentina no existe fórmula alguna que pueda detenerla. (Fuente: Telam)